Introducción

Como mujer, nos encontramos ante una constante transformación de todo nuestro organismo. En el caso de las hormonas, su equilibrio es esencial, ya que desempeñan un papel en la regulación de numerosas funciones fisiológicas, incluyendo el metabolismo, el ciclo menstrual, la función sexual, el estado de ánimo, entre otros. 

Estas hormonas se producen en los ovarios y viajan en el torrente sanguíneo llevando mensajes a los tejidos y órganos para instruirlos qué hacer y cómo. Un desequilibrio hormonal puede ocurrir cuando los niveles de estrógeno y de progesterona están desajustados, lo que puede manifestarse de diversas maneras. 

Algunos de los síntomas más comunes son:

1. Alteraciones en el ciclo menstrual, como ciclos más cortos o largos, periodos irregulares o ausentes y cambios en el flujo menstrual.
2. Problemas dermatológicos, como acné, piel grasa o seca e incluso pérdida de cabello.
3. Cambios repentinos o inexplicables en el peso corporal, ya sea pérdida o aumento, especialmente sin cambios en la dieta o el ejercicio.
4. Fatiga crónica, que afecta constantemente la energía y el estado de ánimo.
5. Dificultades para concebir o mantener un embarazo, manifestadas como infertilidad.

Si experimentas varios de estos síntomas de manera persistente, es importante realizarte un perfil hormonal para que tu médico analice cuidadosamente todos los resultados y pueda evaluarlos de acuerdo a tu estilo de vida.

¿Qué pasa si no se trata el desequilibrio hormonal?

Si bien algunos niveles hormonales fluctúan a lo largo de la vida y pueden ser simplemente el resultado del envejecimiento natural, si no se tratan a su debido tiempo, pueden surgir algunas afecciones médicas, tales como:

• Desarrollo del síndrome de ovario poliquístico (SOP).
• Posibilidad de experimentar menopausia prematura.
• Mayor riesgo de osteoporosis y fracturas óseas.
• Padecer enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y cáncer de ovario.

¡Conoce tu cuerpo y cuídalo!

Cuando las mujeres alcanzan sus veinte años, generalmente experimentan un pico de fertilidad que se mantiene hasta alrededor de los 35 años, según los especialistas. Por esta razón, es crucial que a partir de esta etapa se programen consultas anuales con un ginecólogo para un adecuado seguimiento de la salud reproductiva. Este seguimiento permite abordar posibles irregularidades en los ciclos hormonales u otras inquietudes relacionadas con el cuerpo.

Por otro lado, también puedes incorporar algunos de estos tips en tu día a día para cuidar más tu bienestar:

• Bebe suficiente agua para mantener tu cuerpo funcionando correctamente.
• Prioriza un buen descanso nocturno para recargar energías.
• Habla con un psicólogo, no tengas miedo de pedir ayuda si lo necesitas. 
• Consume alimentos nutritivos y mantén  un peso saludable.
• Presta atención a tu higiene íntima y general.

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