¿Cuál es la diferencia entre un psicólogo y un tanatólogo?

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A lo largo de la vida hay etapas o eventos que generan un estrés agudo, resultado de situaciones atípicas, eventos en los que tenemos poca experiencia o que incluso desconocemos pues se presentan con baja regularidad, pero que desencadenan un sentimiento de inestabilidad o crisis, afectando el bienestar y equilibrio.

Tal es el caso del duelo, un proceso natural de manifestación de dolor que aparece tras del rompimiento de un vínculo significativo, físico o simbólico. Podemos pensar en distintos eventos que lo activan, desde los que tienen que ver con la vida misma, por ejemplo, la jubilación, la terminación de una relación laboral o amorosa, un divorcio, el cambio de residencia, dejar de asistir a la oficina por la pandemia, convivir menos con amistades y familiares; o unas un tanto más irreversibles, que modifican con mayor intensidad la vida y requieren de la activación de otras estrategias para enfrentar esta nueva etapa, por ejemplo, la detección de alguna enfermedad que cambie de forma aguda o a largo plazo el estado de salud, la pérdida de alguna parte del cuerpo, la muerte de una mascota, un amigo o familiar.

Estos procesos se pueden enfrentar sin la intervención de algún profesional, a veces es suficiente con la red de apoyo y nuestras propias estrategias psicológicas, sin embargo, contar con la ayuda de una persona capacitada servirá para sentirnos acompañados en un proceso desconocido y a diseñar estrategias adicionales para enfrentar el proceso de dolor.

Uno de los especialistas sin lugar a duda es un Psicólogo. Cada vez menos, pero aún se cuenta con la idea de que acudir a un psicólogo es un signo de debilidad, sin embargo, en realidad, es todo lo contrario, acudir a un psicólogo es una conducta saludable y de amor propio pues la salud emocional es primordial para enfrentar algunos desafíos de la vida.

Existe otro profesional cuya capacitación está específicamente centrada en los procesos de duelo, las emociones que se desencadenan, los rituales de despedida o cierre y el acompañamiento en estas etapas de pérdida, el “Tanatólogo”, profesional que no necesariamente está relacionado con la psicología, un trabajador social, médico o enfermero, podrían tener la capacitación formal en Tanatología.

Elegir entre un Psicólogo o un Tanatólogo es una decisión en la que se deben considerar algunas variables. Como psicóloga y tanatóloga me parece que en algunas ocasiones es muy complicado abordar exclusivamente un proceso de duelo, todos los sentimientos que se desencadenan impactan en otras áreas de la vida, incluso, lo que he experimentado en algunas sesiones de Tanatología, es que a veces tras un evento de duelo se agudizan o aparecen padecimientos psicológicos, que no necesariamente están relacionados con el duelo, que existían de forma previa y se había aprendido a vivir con ellos, por lo tanto no se había considerado necesitar de algún apoyo externo.

En algunas ocasiones, seguimos siendo funcionales a pesar de sentir ansiedad, tristeza, vacío, pesimismo, desesperanza, insomnio o irritabilidad, claro dependiendo de la intensidad, duración y frecuencia.

El Tanatólogo es quien deberá identificar la presencia de conductas o emociones que requieren de la intervención de un psicólogo y entre ambos profesionales, definir si se debe trabajar con el paciente de forma conjunta o cada uno abordar la necesidad más inmediata, conveniente y saludable. Si es posible, en estos casos, lo ideal sería la atención de un Psicólogo con especialidad en Tanatología.

Somos seres integrales e históricos, todas las experiencias que hemos enfrentado suman y rediseñan nuestro futuro, así que, es inevitable que en algunos casos un duelo (de incluso hace años), cause dolor, esté presente e influya en mi estado de ánimo y la forma en que enfrento la vida.

Lo verdaderamente importante, es saber que existen especialistas que ayudan a desarrollar y fortalecer estrategias psicológicas para transitar eventos complicados, fortalezas que serán útiles en el futuro y otras circunstancias. La reinvención, el aprendizaje constante y la adaptación saludable son herramientas indispensables y necesarias para enfrentar el mundo y la vida siempre cambiante.

Mtra. Nydia Vázquez Maldonado Directora de Recursos Humanos y Capacitación Asociación Necrológica Mexicana

Este artículo es una colaboración de contenido entre Plan Seguro y ANEMEX.

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