La prevención de la salud debería entenderse como una prioridad para las personas. Bajo esta línea, la prevención, personalización y participación son aspectos prioritarios para mantener la salud y buscar una mejor calidad de vida.

En materia de salud, debe existir un compromiso entre todos los sectores involucrados; desde las instituciones, centros hospitalarios, el sector público encargado de brindar atención, el sector privado y los pacientes. Si no existiera un trabajo colaborativo, difícilmente se podrían tener avances en el tema.

Por ejemplo: La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición contabilizó en 2012 a más de 22 millones de adultos que padecen hipertensión arterial. Sin embargo, solo poco más de 11 millones han sido diagnosticados por un médico especialista.

Es ante panoramas como éste, que los diferentes protagonistas involucrados en el campo de la salud (pacientes, médicos, instituciones, etcétera) deben involucrarse y actuar siguiendo las tres P; prevención, personalización y participación.

Prevención

La medicina preventiva está enfocada en monitorear el estado de salud de las personas, así como prevenir o detectar cualquier alteración que ponga en riesgo la salud o reduzca la calidad de vida del paciente.

La Organización Mundial de la Salud señala que la prevención se divide en tres niveles:

• Primer Nivel: Medidas orientadas a evitar la aparición de una enfermedad mediante el control de los factores causales, predisponentes o condicionantes.
• Segundo Nivel: Enfocada al diagnóstico precoz de la enfermedad. Buscar en pacientes “aparentemente sanos” enfermedades lo más temprano posible.
• Tercer Nivel: Se especializa en acciones relacionadas con la recuperación de la salud ante la presencia de una enfermedad, implica un diagnóstico, tratamiento y rehabilitación física, psicológica y social, según sea el caso.

Personalización

En la actualidad, se requiere de servicios personalizados. La creación de aplicaciones para dispositivos móviles o la implementación de chats para tener asesorías a distancia son un par de ejemplos. El punto clave es la inmediatez a partir de la necesidad específica de la persona.

Tecnologías como el big data, la telemedicina y la salud móvil son herramientas que benefician la personalización, desde una perspectiva médica, cuyo objetivo final es el de brindar una mejor atención al paciente durante los procesos asistenciales.

Hablar de personalización también implica segmentar a los pacientes, por ejemplo, las mujeres que padecen cáncer de mama, necesitan información específica de su enfermedad o de temas relacionados con la misma, dichos datos representan un beneficio particular e inmediato.

Participación

Cada individuo es responsable del cuidado de su cuerpo, y aunque existen factores ambientales o genéticos que pueden intervenir directamente en el deterioro de la salud, la participación activa de los individuos es fundamental; ya sea asistiendo a programas de prevención, con visitas al médico para tener un diagnóstico definitivo o terminando un tratamiento.

Hoy en día, se debe tomar en cuenta que los pacientes tienen más facilidades para obtener información respecto a la enfermedad que padecen, esto les permite, y los obliga de alguna forma, a participar de manera activa en el cuidado de su salud. Así que se puede hablar de decisiones compartidas entre quienes forman parte del ámbito de la salud.

La prevención, personalización y participación conforman una línea de acción en la que tanto el paciente, el médico y las instituciones que ofrecen sus servicios, tienen un peso y accionar específico, si alguno no cumpliera con su parte, sería casi imposible obtener avances o recuperar la salud de los individuos.

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Fuente: OMS, INEGI, CONADE, Unsplash.