Cómo entender el cáncer de pulmón

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El cáncer de pulmón es aquel que surge por la proliferación descontrolada de determinadas células del pulmón. Causa un tumor maligno en el área que al tener un gran tamaño puede provocar graves problemas respiratorios o lesiones internas por ocupación del espacio y compresión de estructuras cercanas. Puede diseminarse a través de los ganglios linfáticos y vasos sanguíneos hacia otros órganos, a esto se le conoce como metástasis a distancia.

Principales factores de riesgo

El principal factor de riesgo para contraer cáncer de pulmón es el consumo de tabaco. Las personas que fuman cigarrillos son entre 15 y 30 veces más propensas a desarrollar este padecimiento, aún si se hace de manera ocasional o se es fumador pasivo. Además, hay otros factores como los antecedentes familiares o personales y el contacto con radiación en el tórax que pueden llevar a una persona a contraer esta enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas del cáncer de pulmón?

El 60% de los casos de cáncer de pulmón no desarrolla síntomas, se confunden con los de otras enfermedades benignas o solo se perciben cuando ya se encuentra en un estado avanzado, cuando ya sucedió la metástasis. Los síntomas encontrados en esta enfermedad son tos persistente o que empeora, dolor de pecho, sibilancias, pérdida de peso sin causa conocida, disnea o sensación de falta de aire y hemoptisis o sangre en el esputo.

Diagnóstico y tratamiento

Existen dos tipos de cáncer de pulmón según el aspecto que tienen las células cancerígenas bajo el microscopio: el de células pequeñas y el de células no pequeñas. Para identificarlo, el médico puede mandar a hacer pruebas para ver si hay mutación genética y determinar si efectivamente se trata de cáncer. El tratamiento para el de células pequeñas consiste en cirugía, quimioterapia, radioterapia o terapia dirigida. El de células no pequeñas solo puede tratarse por quimioterapia o radioterapia.

¿Cómo reducir el riesgo a contraerlo?

Es importante evitar fumar o inhalar el humo secundario de tabaco para reducir el riesgo de contraer cáncer de pulmón. Si ya se tiene el hábito de consumo de esta sustancia, es importante buscar ayuda para dejarlo. Además, tener buenas defensas, hacer ejercicio y cuidar los alimentos que se consumen, pueden reducir en general el riesgo de desarrollar cáncer u otros padecimientos. Asimismo, si se trabaja con químicos tóxicos o radiactivos es indispensable contar con el equipo adecuado para protección.

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