Métodos anticonceptivos femeninos

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Principalmente se dividen en: dispositivos intrauterinos, implantes hormonales, métodos de barrera, preservativos y anticonceptivos de emergencia. Sin embargo, el uso de métodos anticonceptivos no solo ayuda a prevenir embarazos no deseados o, en algunos casos, infecciones de transmisión sexual, sino que también brinda muchos otros beneficios, algunos de ellos son:

  • Regulan el ciclo menstrual.
  • Previene el riesgo de cáncer ovárico.
  • Disminuye los síntomas de endometriosis.
  • Reducción del dolor durante la ovulación.

Además de su función como método de anticoncepción, presentan algunos efectos secundarios que es importante monitorear. Entre los más comunes son: cambios de peso, sensibilidad de las mamas, sangrado irregular, dolores de cabeza y náuseas.

No solo se presentan síntomas físicos, sino también mentales. Y se debe a la progesterona (grupo de hormonas involucradas en el ciclo menstrual) que reduce indirectamente la cantidad de serotonina, un importante neurotransmisor que regula el estado de ánimo en nuestro cerebro.

Enfermedades de transmisión sexual más comunes en mujeres

Las infecciones de transmisión sexual (ETS) también pueden ocasionar enfermedad inflamatoria pélvica en las mujeres, provocando una infección del útero y las trompas de Falopio. Incluso, pueden ocasionar infertilidad o un embarazo ectópico (un óvulo fertilizado que crece fuera de la matriz). Cabe mencionar que, es posible contraer esta enfermedad durante el embarazo y en ese caso, es importante recibir tratamiento tan pronto sea posible.

Asimismo, cada una de ellas tiene sus propias complicaciones y síntomas. En un principio, siempre son invisibles, por ello, es importante acudir al ginecólogo a la primera anormalidad que sintamos en nuestro cuerpo.

¿Cuáles son los más comunes?

  • VIH: Es un virus que ataca el sistema inmunitario del cuerpo.
  • Gonorrea: Es una infección bacteriana común que se cura con antibióticos.
  • Herpes genital y la sífilis: Se presentan como dolor, comezón y pequeñas llagas en la parte intima.

Los chequeos con médicos pueden hacer la diferencia. Si se tiene una vida sexual activa es importante ir con frecuencia a hacerse pruebas de laboratorio para descartar el contagio de una ETS. Además de acudir con el ginecólogo o el urólogo para prevenir estos y otros padecimientos. Recuerda que, para elegir correctamente el método anticonceptivo es importante que se adecue a tus características personales y estilo de vida.

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Referencias:

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