¿Cuál es la importancia del miedo en la psicología?

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El miedo es una emoción natural, caracterizada por experimentar una sensación desagradable e intensa como reacción ante la percepción de un peligro. Todas las personas sienten miedo y es completamente normal. Incluso, muchas otras especies también lo experimentan para su supervivencia. Sin embargo, en los humanos esto puede traer consecuencias psicológicas o incluso llegar a ser irracional. Por ello la psicología lo ha estudiado como causante de trastornos mentales y otras patologías.

¿Cómo ve la psicología el miedo?

Para la psicología el miedo se ve en relación con los procesos mentales y fisiológicos que provoca en el ser humano. Se manifiesta en cuatro niveles:

  • Cognitivo. Como consecuencia del estímulo o situación temida, se transforma en pensamientos o imágenes de alerta.
  • Fisiológico. Al sentir miedo ocurren cambios corporales que originan sensaciones desagradables (aceleración del ritmo cardíaco, sudoración, contracción muscular, etc.).
  • Conductual. Se originan acciones hacia la situación temida o el estímulo provocado (parálisis, escapar, llorar, gritar, etc.).
  • Neuronal. Las reacciones del miedo quedan grabadas en distintas partes del cerebro y provoca diversas reacciones químicas en él.

El miedo puede mezclarse con la ansiedad, provocando una reacción anticipatoria aun en situaciones que se está a salvo. También puede afectar negativamente en otros trastornos como la depresión o ser un síntoma de paranoia o esquizofrenia.

Tipos de miedo

El miedo en el ser humano puede presentarse de diversas maneras, según sea el contexto y las reacciones de quien lo experimenta:

  • Miedo real. Surge a partir de componentes reales (una caída, una enfermedad, etc.), incluso a partir de experiencias previas. Es un patrón de activación fisiológica y emocional de valor adaptativo, ya que nos evita el peligro de manera inmediata.
  • Miedo irracional. Se origina en un pensamiento imaginario, distorsionado y catastrófico, en ellos no existe un peligro real (miedo a las alturas, a hablar en público, etc.).
  • Fobia. Cuando el miedo irracional causa un malestar que no puede controlarse o una reacción excesiva, se convierte en una fobia (fobia a las arañas, a la oscuridad, etc.).
  • Miedo patológico. El miedo se activa, aunque no haya peligro alguno y puede prolongarse de forma indefinida. En este caso, ya afecta la vida cotidiana de quien lo experimenta.

¿Cómo se combate el miedo?

Como lo mencionamos anteriormente, el miedo es una respuesta natural del ser humano y nos impide caer en peligro. Sin embargo, puede ocasionar grandes problemas si no se puede controlar u ocurre de manera irracional. Para combatirlo es importante llevar a cabo técnicas como ejercicios de relajación y respiración, que acompañan a una atención psicológica adecuada.

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